La oferta gastronómica de la Cata se adapta a cualquier parte del día, ofrece al cliente la comida idónea en cada momento. Por las mañanas una amplia vitrina se llena de un bufé muy variado, podemos encontrar desde bocadillos tradicionales hasta bocadillos más elaborados. La variedad de pan que hay permite que el cliente tenga una gran variedad de opciones para desayunar o merendar. En el bufé también hay hueco para un dulce; croissants de mantequilla, trenzas de crema o chocolate, mini-croissants, ensaimadas, etc. Un buen desayuno se acompaña de una buena bebida… En la Cata podéis encontrar el café perfecto para empezar el día, así como también zumos especiales o chocolate a la taza.
La carta de la Cata tiene gran variedad de tapas para compartir: bravas, ensaladilla, calamares, brandada de bacalao, etc. y una extensa oferta de platos variados, desde ensaladas completas hasta gyozas vegetales o canelón con salsa de foie.
Debemos destacar la gran gama de montaditos que se muestran deliciosos a partir de las siete de la tarde; guacamole, burritos mexicanos, morcilla con huevo… El menú de la Cata abasta todo tipo de platos. Ofrece pluralidad de opciones para que el cliente elija la que más se adecua a su gusto y pueda culminar su comida con un buen postre casero (tarta de queso o de zanahoria, puding, tatín de manzana, entre otros).